El comportamiento  impredecible de  inundaciones, terremotos, huracanes, pandemias, enfermedades y acontecimientos asociados a emergencias naturales y biológicas, obliga a que la sociedad esté preparada para afrontar situaciones adversas  enfocándose en la  protección de la vida y en salvaguardar los derechos humanos, por lo que es necesario plantear un programa de atención humanitaria a calamidades donde se pueda mitigar la vulnerabilidad  de los ciudadanos ante pérdidas materiales, humanas y  de salud integral.